- No te compres un barco.
+ Me gustan los barcos.
- Nah, no te gustan. Te gusta la idea de un barco... pero lo cierto es que te chupa tu tiempo, tu dinero y tus emociones... y al final te parte el corazón, porque por mucho que lo cuides no siente nada por tí, fíjate bien, es de madera. Así que olvida lo del barco, ¿quiéres sufrir? entonces píyate la mano con la puerta del coche.
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